Por qué visitar Elche y qué hacer en esta ciudad por descubrir

Si te apasiona la Naturaleza, en Elche estarás de enhorabuena; sin lugar a dudas, El Palmeral (Paseo de la Estación 2) es, si no el principal, uno de los grandes reclamos de la villa Alicantina. Y no debe ser para menos, ya que en toda Europa no hay una extensión tan enorme de este tipo de planta. Declarado Patrimonio de la Humanidad a principios de siglo, te recomendamos que te pierdas en él y admires su belleza, representada, entre otras, por la Palmera Imperial, que recibe su nombre por Sissi la Emperatriz, que ya visitó el Huerto del Cura –el más destacado dentro del conjunto del Palmeral- a finales del siglo XIX.

Puede haber muchas respuestas, pero sin duda, la visita al MAHE, el Museo Arqueológico e Histórico (Diagonal del Palau 7), es más que obligada. Abierto todos los días hasta las 18.00 horas –a excepción de los domingos, cierra a las 15 horas-, este centro es, desde el propio recinto, el Palacio de Altamira de Elche, todo un referente. Como es evidente, la exposición permanente versa sobre los diferentes periodos prehistóricos e históricos de tan señalada ciudad. Puedes programar tu visita por el Neolítico y demás etapas cuando vayas al Palmeral, ya que se encuentran prácticamente pegados, y la visita te llevará entre una y dos horas, dependiendo de lo que quieras profundizar.

El templo religioso más importante de Elche es otra de las paradas necesarias para los amantes del arte; la Basílica de Santa María (Plaza de Santa María), sita en el mismo emplazamiento que tenía antaño la principal mezquita, se empezó a levantar en el siglo XVII, aunque hasta 1784 no terminó la construcción. La Torre se puede visitar a diario hasta las 15 horas, y en verano se extiende dicho horario hasta las 19 horas.

Precisamente en esta Basílica se lleva a cabo los días 14 y 15 de agosto de cada año la representación del Misterio de Elche, también Patrimonio de la Humanidad.

Dos afirmaciones parecen claras: una vez hemos reservado nuestro hotel en Elche, la siguiente pregunta de muchos turistas es qué comer en el destino. Y tampoco nos equivocaremos sin pensamos que en una ciudad que rinde culto a la palmera, su gastronomía rendirá presencia a los dátiles. Por supuesto, ahora que los ‘superalimentos’ llenan neveras y cartas de restaurantes, no puedes perderte tampoco su granada mollar, una variedad especialmente dulce y Denominación de Origen, que tiene un gran poder antioxidante. Los ricos aceites y, en época, el melón, tampoco faltan en las mesas ilicitanas.