Nochevieja Universitaria en Salamanca, un acontecimiento insólito
No nos sorprende que Salamanca sea la ciudad con mayor encanto para los jóvenes universitarios. Y es que la nochevieja en Salamanca es única porque podrás disfrutar de una fiesta irrepetible y un ambiente único. ¿Aún no has ido a la nochevieja universitaria de Salamanca? Para que no dudes más te resumimos los motivos por los que no querrás perdértela.
Pasar la Nochevieja en Salamanca (la Universitaria) es una experiencia totalmente diferente. Muchas personas sueñan con despedir el año en la Puerta del Sol de Madrid, pero la cita de la capital del Tormes se sale de lo habitual. Es insólita y divertida. Eso sí, para vivirla más intensamente es recomendable consultar la oferta de hoteles en el centro de Salamanca. Hacer la reserva con antelación es básico para obtener un buen precio y no encontrarse con el cartel de “completo”. El hotel ibis Salamanca, a unos metros de la Plaza Mayor, es una opción a tener muy en cuenta.
La Nochevieja Universitaria no se limita a tomar las doce gominolas (que no uvas) y salir de fiesta, es mucho más, los más de 45.000 jóvenes que se reúnen en Salamanca tienen un día entero de diversión que comienza a primera hora de la tarde: Actividades culturales, yincanas solidarias y espectáculos de calle van calentando el ambiente. Un par de horas antes de la medianoche, la Plaza Mayor se empieza a vestir de gala con la música como protagonista. Todo ello para sobrellevar mejor el frío que suele hacer por esa época en la capital charra. Cuando las agujas del reloj de la Plaza Mayor se disponen a reunirse en el número 12, la fiesta estalla. Las campanadas más madrugadoras del planeta Tierra suenan y resuenan antes de que los miles de jóvenes congregados vibren al unísono para recibir el nuevo año universitario y el comienzo de sus vacaciones. Posteriormente la fiesta se traslada a los numerosos bares de copas de la ciudad hasta altas horas de la madrugada.
Si el cuerpo aguanta, la visita a Salamanca se puede aprovechar para alargar un poco más la estancia durante el fin de semana y descubrir algunos de sus encantos. Un paseo que comience en la Plaza Mayor y continúe por la Rúa Mayor, la Casa de las Conchas, la Clerecía, transite por la plaza de Anaya y la Catedral y concluya en el romántico huerto de Calixto y Melibea, es un placer que nadie debería perderse. Pero Salamanca también es el tapeo de su archiconocida zona de Van Dyck y su deliciosa vista desde el otro lado del Puente Romano con la Catedral al fondo. Fiesta y monumentalidad se unen en una ciudad que derrocha vitalidad y que tiene el honor de despedir el año antes que nadie.