Lo básico que debes saber sobre el vino si vas a la Rioja

Lo de dárselas de entendido en cuestiones de vino está bien para presumir en una cena, pero tener conocimientos básicos en enocultura te vendrá genial si te vas de ruta por La Rioja.  

Aprende y disfruta sin demasiadas formalidades 
Está claro que en apenas unos días no vas a aprender todo lo necesario para convertirte en un experto en vinos. Pero ahí está la gracia de este proceso de aprendizaje: ir paso a paso. Al fin y al cabo, si has programado una escapada a la tierra del vino y has hecho tu reserva en el hotel ibis Style La Rioja Arnedo, es porque tienes planes de divertirte, no de someterte a ningún examen.  

No obstante, con tres o cuatro ideas en mente le sacarás mucho más provecho a estos días en La Rioja, donde el vino es un rasgo de identidad. Conocer la cultura y la tradición de esta provincia implica hacer un recorrido obligatorio por su historia vitivinícola. Uno de esos viajes en los que participan todos los sentidos y que no se limita sólo a la técnica, sino a la pasión que le pongas.  
4 tips para parecer un experto en vinos 
Los más puristas no recomiendan hacer catas de vino dentro de una bodega ya que la acumulación de aromas podría ‘engañar’ a tus sentidos. Sin embargo, está claro que si haces un viaje a La Rioja no puedes dejar de visitar estos lugares y aprovechar para degustar sus caldos. Estas nociones básicas te serán de gran utilidad a la hora de hacer tus pinitos como catador y no quedar en ridículo: 

1. En lo que a vinos se refiere, los años cuentan mucho. Es por eso que oirás con frecuencia el término ‘añada’, refiriéndose a las condiciones climatológicas en las que se dio una cosecha y, por consiguiente, a su calidad. Las añadas de un determinado tipo de vino se pueden consultar en unas tablas en las que aparecen recogidas todas esas particularidades y además se suelen reflejar en la etiqueta delantera de la botella. 

2. ¿Qué es eso del coupage? Es otro de esos términos franceses tan abundantes en este mundillo. El vino que finalmente llega a tu copa no siempre es el resultado de una única variedad de uva. Es frecuente que se emplee más de un tipo ya que los puntos fuertes de una suplen las deficiencias de la otra. Esta combinación recibe el nombre de coupage. El assemblage (y volvemos al francés) es una segunda mezcla con el objetivo de obtener un vino superior.  

3. ¿Crianza o reserva? Volvemos al tema del tiempo. ¿El producto ha pasado directamente de la cuba de fermentación a la botella? Entonces se trata de un vino joven. Si se almacena en barricas durante al menos tres meses y luego pasa un año y medio en botella, será un vino de crianza. La maduración que implica al menos 18 meses en barrica, y otro año y medio embotellado antes de ponerse a la venta, es lo que se conoce como reserva.  

4. Mirar, oler y saborear. El proceso de cata de un vino se divide en tres fases: la visual, la olfativa y la gustativa. En la primera se observan aspectos como la nitidez, la intensidad, el color, la efervescencia o la lágrima. Ésta última da una idea de la gradación del vino: cuanto más lentamente cae el líquido por el interior de la copa (densidad), mayor será la gradación. La fase olfativa sirve para determinar los olores de la variedad de uva, su fermentación y su paso por las barricas. Finalmente, hay que saborear el vino y para ello se pasa por todos los rincones de la boca, experimentando los matices que va dejando, su textura y el regusto que deja tras tragarlo o escupirlo (fase retronasal).   

¿Te sientes ya preparado para tu primera cata oficial? No hace falta que salgas aprendido de casa. Durante tu paso por La Rioja tendrás la oportunidad de poner a prueba tus aptitudes como catador.  
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